2 de enero de 2018
OBITUARIO FRANCISCO PERALTA. Por Claudia de Santos Borreguero
AGUA ENTRE LOS DEDOS
'....la esencia del teatro se nos escapa como agua entre los dedos...'
Francisco Peralta, 2013
'...:.... y abre
su taller verdadero, y en sus manos
brilla limpio su oficio, y nos lo entrega
de corazón porque ama....'
Claudio Rodríguez. Alto Jornal.
No es fácil hablar de Paco Peralta, no es fácil. Y el ser huérfanos aún recientes de su presencia añade dificultad a la tarea.
Efectivamente pueden decirse muchas cosas de Paco; ahí están los hitos de su biografía. Ahí están sus muy destacables logros plásticos y técnicos en el universo de los títeres y están ahí, a la vista de quienes los busquen, los méritos conseguidos en su larga carrera profesional.
Para hablar de Paco podríamos también reseñar su faceta más personal, la de su formación y aficiones, la de su familia y sus amigos. Podríamos ciertamente hablar y contar mucho pero conviene saber que la esencia de Francisco Peralta siempre se escapa como agua entre los dedos.
¿Cómo objetivar su sabiduría? ¿Cómo hacer ver la dimensión de su humildad? ¿De qué modo podría yo hoy hablarles a ustedes de su generosidad, de su honradez intelectual, de su incontestable rectitud moral?
Paco es agua y se escapa entre los dedos cuando pretendo atraparlo con las manos, con las manos del alma, que no otras podrían hablar de él.
Paco es, en esencia, poeta; un profeta creador y visionario.
Estos días, desde que se ha ido, me consuela imaginar al san Miguel del luneto de la Puerta de Santiago -donde viven sus marionetas- pesando el alma leve de Paco en su balanza. Me gusta imaginar a san Miguel asombrado por la feroz inclinación del fiel y del platillo. Y veo al arcángel sonriente y agradecido por el privilegio de pesar material tan precioso.
Y después de pesarlo, enseguida extiende a Paco un pasaje para el cielo; para ese cielo en el que se reúnen quienes aquí abajo crearon vidas con las que acrecentar la bondad de los vivos. El cielo de los sembradores de belleza, de los hortelanos de la bondad. La casa celeste de los mágicos aprendices del oficio de Dios, de los que están siempre solos como Él y como Él llenos de dudas, inseguros, buscando, buscando... siempre buscando algo que no saben muy bien qué es y que siempre, como agua entre los dedos, se escapa.
Imposible, pues, hablar de ti, Francisco Peralta pero déjame decirte hoy Paco, creador de inefables, aprendiz de lo divino, que ha sido un inmerecido privilegio poder estar a tu sombra. Así que gracias, muchas gracias.
Fotografía realizada por Diego Conte