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Tenerías y fábricas de curtidos

Las antiguas tenerías eran las casas donde algunos artesanos curtían las pieles.

La industria de curtidos en Segovia alcanza su mejor momento en el siglo XVI, llegando a tener unas 38 tenerías. Éstas se situaban principalmente en la zona conocida como la Hontanilla, junto al río Clamores.

A finales del siglo XVIII quedaban sólo media docena de ellas, a pesar de que siempre habían proporcionado trabajo a un gran y diverso número de artesanos como los curtidores, pellejeros y pergamineros que transformaban el producto original para los zapateros o boteros, entre otros oficios.

A comienzos del siglo XIX comienza la decadencia. Tan sólo habría un par de empresas dedicadas a tal actividad. “Hijos de Enrique Redondo” en el barrio del Cristo del Mercado y “Valentín Rueda Rodríguez”, fundada en 1905 en el Barrio de San Millán como almacén de pieles.

La ubicación de ambas en estos barrios se debía al uso del agua como principal fuente de energía en el proceso de curtido de pieles. El agua provenía, como ya hemos mencionado, del arroyo Clamores, que cruzaba los arrabales de Santa Eulalia y San Millán, muy cerca de estas fábricas.

En la actualidad no se conservan restos de estas fábricas.