
Introducción histórica del edificio
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA DEL EDIFICIO
Esta Casa de Moneda constituye, con su sobrio y elegante trazado herreriano, el máximo exponente del patrimonio industrial del Renacimiento español. Construida por mandato del rey Felipe II y diseñada por el arquitecto Juan de Herrera, la nueva fábrica fue un modelo de organización interna y de tecnología de vanguardia aplicada a la producción de moneda.
El museo se centra en la tecnología y en los sistemas de producción y métodos de trabajo necesarios para acuñar moneda. Refleja la larga tradición de producción numismática en Segovia así como la pervivencia de un edificio que ha mantenido más de cinco siglos de actividad industrial.
UN ENTORNO PRIVILEGIADO
La construcción del Real Ingenio requería unas condiciones orográficas particulares. Felipe II quería crear un complejo moderno de grandes dimensiones capaz de simbolizar su poder absoluto y la riqueza del imperio. Para ello se escogió un enclave privilegiado a orillas del río Eresma, entre los arrabales de San Lorenzo y San Marcos. En este bello paraje ocupado desde la época celtibérica y romana, convivían edificios religiosos con huertas, talleres y pequeños molinos. La nueva casa de moneda absorbió tres edificaciones medievales: las iglesias de Santiago y San Gil, finalmente derribadas en el siglo XIX, y un molino de papel y trigo cuya estructura fue parcialmente aprovechada para la construcción del Ingenio Chico, la maquinaria dedicada a labrar monedas de oro y plata.
SALA 1. HISTORIA DEL LUGAR
ÉPOCA ROMANA
En Segovia se acuñó moneda desde antes de Cristo, lo sabemos por el As de bronce, una moneda acuñada entre los años 20-30 a.c. y es el primer documento histórico en el que aparece escrita la palabra SEGOVIA.
EL MEDIEVO. PRODUCCIÓN MONETARIA SEGOVIANA EN EL MEDIEVO
Sabemos que en Segovia durante la Edad Media se acuñaba moneda gracias a una carta del rey Alfonso VII del año 1135, por la que el Monarca donaba la tercera parte de la moneda fabricada en esta ciudad para la construcción de la antigua Catedral Románica de Santa María, que fue destruida durante la Guerra de las Comunidades.
LA CASA VIEJA
Antes de la construcción del Real Ingenio en 1583, Segovia ya contaba con una ceca que más tarde se conocería como la «Casa Vieja» erigida en 1455 por orden de Enrique IV.
LA TRAZA HERRERIANA
La traza del edificio fue encargada al arquitecto más relevante del momento, Juan de Herrera
La de Herrera era una planta fabril pionera concebida para realizar todo el proceso de acuñación, desde la llegada del metal bruto hasta el producto final.
DE LAS PRENSAS DE VOLANTE A LA MECANIZACIÓN
El sistema de acuñación original de rodillo hidráulico fue sustituido en 1771 por la acuñación a volante. La adopción de esta nueva tecnología importada de Francia por los Borbones requería acometer importantes reformas en la ceca.
A partir de 1866, la revolución industrial trajo un sistema de acuñación mecanizado, en uso solamente hasta la implantación de la peseta en 1868. La producción monetaria se centralizó en Madrid y la ceca segoviana se convirtió en fábrica de harina.
INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA Y REHABILITACIÓN
Tras años de letargo se emprendió un ambicioso proyecto para recuperar uno de los monumentos más emblemáticos de Segovia, equiparable a la catedral, el alcázar o el acueducto. En 2007 se inició la rehabilitación integral del edificio, un estudio exhaustivo arqueológico y el análisis y reconstrucción de la maquinaria empleada. Tras cincuenta meses de apasionada dedicación por parte de grandes profesionales de diversas disciplinas, se ha restituido el uso original del Real Ingenio, reflejando su evolución a lo largo de la historia con el fin último de transmitir al público la importancia de una de las muestras de arquitectura industrial más antiguas de Europa.
SALA 2. HISTORIA DEL DINERO
EL TRUEQUE
El intercambio de productos mano a mano fue la primera forma de comercio entre los hombres. Surgió en el Neolítico, cuando el nomadismo basado en la caza y la recolección dio paso a las primeras organizaciones en núcleos sociales: la subsistencia ya no dependía del individuo sino del grupo y de su capacidad de colaboración. Estas sociedades incipientes desarrollaron la agricultura y la ganadería; el hombre pasó de depredador a productor. La aparición del trueque fue posible gracias al excedente de producción, es decir los bienes que sobraban una vez cubiertas las necesidades básicas y el consumo corriente. A cambio de estos bienes, podía conseguirse aquello de lo que se carecía.
EL VALOR DE REFERENCIA
El desarrollo de nuevos bienes de consumo y el crecimiento de la actividad comercial puso en evidencia las debilidades del trueque. Este sistema dependía de la conjunción de necesidades: sólo podía darse cuando uno carecía del producto concreto del que el otro disponía. Por otro lado, la variedad de productos hacía difícil determinar su valor exacto y garantizar un intercambio equilibrado. Por ejemplo, ¿cuánta lana debía ofrecerse a cambio de un jarrón de vino?; ¿valían lo mismo una vaca y un burro? Estos inconvenientes se resolvieron con el establecimiento de un producto de referencia en base al cual se establecía el valor de todas las mercaderías. Los primeros bienes de referencia, y por tanto antecedentes de la moneda, fueron el trigo y el ganado.
METALES PRECIOSOS
Pronto surgió la necesidad de que el bien de referencia fuese divisible y pudiese emplearse en intercambios cotidianos de menor valor. También era necesario facilitar su traslado y almacenamiento. Así, los bienes de referencia fueron haciéndose más pequeños, utilizándose por ejemplo bolsitas de sal, collares de concha, etc. La transición de estos objetos a las monedas de metal se dio por primera vez en Asia Menor. Asirios y babilónicos empezaron a utilizar en sus intercambios barritas de oro y plata, dos metales valiosos por su escasez e incorruptibilidad. El desarrollo de la moneda fue desde entonces paralelo a la evolución del poder comercial. A través del Imperio romano se extendió el uso de monedas metálicas y el monopolio de la acuñación por parte de los Estados, que garantizaban el valor de la moneda por medio de un sello grabado reconocible, como es el caso del acueducto en el caso de las monedas acuñadas en Segovia.
LAS NUEVAS FORMAS DE PAGO
La internacionalización del comercio propia de la Edad Moderna europea trajo consigo nuevas formas de pago adaptadas a las grandes distancias y los peligros que acarreaba el transporte de sumas importantes de dinero. Las letras de cambio, tomadas del mundo árabe musulmán, garantizaban el cobro de una deuda en un lugar lejano equiparando el valor de las monedas de origen y destino. Los billetes a la orden, ancestro del cheque, evitaban el transporte del dinero, que se depositaba en un banco y podía ser retirado en cualquier momento por el portador del documento.
EL PAPEL MONEDA
El papel moneda, equivalente al billete actual, tiene su origen en la China del siglo VII, aunque en Europa esta forma de dinero no apareció hasta 1661. El cambista Johan Palmstruch, fundador del Banco de Estocolmo, comenzó a entregar unos billetes como recibo de los depósitos de oro y otros metales preciosos realizados en su banco. Durante el siglo XVIII se generalizaron estos establecimientos financieros para satisfacer las necesidades tanto de los estados como de los particulares. Los bancos sustituyeron gradualmente sus emisiones iniciales de pagarés, vales o bonos por billetes. En España el papel moneda se implantó en 1780, durante el reinado de Carlos III. En 1874 el Banco de España se estableció como único banco emisor nacional.
EL DINERO ELECTRÓNICO
En las últimas décadas hemos asistido al desarrollo vertiginoso del dinero invisible. El dinero actual puede ser plástico gracias a las tarjetas bancarias, electrónico gracias a las transferencias y depósitos directos, o virtual. Internet ha traído nuevos métodos de pago como Paypal, WebMoney, e-gold y otros más controvertidos cuya base no es fiduciaria como las Bitcoins. Esta revolución tecnológica ha cambiado los hábitos de consumo y también ha modificado sustancialmente la función del dinero y su percepción. Aunque la permuta de bienes, la moneda metálica y el papel moneda no desaparezcan del mundo del comercio, es muy probable que los métodos electrónicos acaben por dominar el mercado y el flujo de dinero.
“Fiduciario”. Significa que residía en la confianza que tenía el usuario en que los demás lo aceptarían. Es decir, ya no lo respaldaba el oro de un banco.
SALA 3. VIAJE POR LA ACUÑACIÓN
ACUÑACIÓN A MARTILLO
Sistema de fabricación de monedas que consistía en colocar un cospel entre el cuño de anverso y el de reverso. Por medio de un golpe de martillo sobre el cuño de reverso los diseños de los dos cuños quedaban estampados en el cospel.
PRENSA DE VOLANTE
Un operario denominado monedero se sentaba en un hueco del suelo. Ante él, la estructura de la prensa: la parte inferior, introducida en el mismo hueco, se denomina “peana”. La parte superior, bajo el balancín, se denomina “castillo”, el cual atravesaba un gran tornillo unido por arriba al balancín. Sobre la peana se situaba el troquel inferior. El monedero se sentaba dentro del mismo hueco y colocaba encima del cuño el cospel, mientras otros operarios giraban el balancín para levantar el tornillo. En su extremo inferior iba otro cuño. Cuando el tornillo llegaba arriba, lo hacían girar rápidamente en sentido contrario para que cayera con todo su peso sobre el cospel, que quedaba acuñado.
PRENSA AUTOMÁTICA
Las máquinas automáticas se movieron al principio por la fuerza de ruedas hidráulicas, pero más adelante se instaló una turbina hidráulica en el exterior. La potencia de la turbina accionaba el volante vertical de la izquierda para comenzar el proceso. Estas máquinas se alimentaban automáticamente de cospeles, que, una vez acuñados, caían en un recipiente. En estos pocos años, el único trabajo que se desarrolló aquí fue la acuñación, pues los cospeles se importaban de Francia ya preparados.
SALA 4. LOS OFICIOS
TESORERO
Era el encargado de llevar todas las cuentas de la casa, y normalmente el rey nombraba a alguien de su entera confianza.
TENIENTE TESORERO
Vivía aquí y se responsabilizaba de una de las llaves que guardaban el tesoro.
ENSAYADOR
Estaba al cargo de la tercera llave del arca.
ALCALDE
Se asistía de un alguacil, quien además se encargaba de proveer materiales a los oficiales de la fábrica.
SUPERINTENDENTE DE LABOR
Se responsabilizaba del mantenimiento de canales, ruedas e ingenios, así como del abastecimiento de la fábrica. Y custodiaba la segunda llave del arca.
ESCRIBANO
Anotaba cualquier movimiento de metales, tanto el que llegaba de fuera como el tránsito entre departamentos.
AFINADOR
Cuando llegaba plata de ley muy baja, había que “afinarla”. Es decir, se reducían las impurezas mediante un proceso metalúrgico llamado “afino”.
TALLADOR
Llamado también “grabador” o “abridor de cuños”. Su trabajo consistía en grabar los cuños con que se acuñaban las monedas.
ESCLAVOS
Se encargaban de diferentes trabajos: por ejemplo, de accionar los fuelles de la fundición. En este ingenio trabajaron nueve. Uno escapó, otros cinco murieron por enfermedades y los demás fueron vendidos. Luego no hubo más.
TRASVASE INDUSTRIAL
Pincha en la imagen para conocer el increíble viaje que realizaron los Ingenios desde el Tirol hasta Segovia.

ESTATUA FELIPE II
La realizó a mediados del siglo 20 el escultor Federico Coullaut-Valera por encargo del Ayuntamiento de Madrid para situarla en la explanada entre la catedral de la Almudena y el palacio real de Oriente. Tiene una altura de 3 metros y 20 centímetros. Pero Coullaut-Valera no esculpió una idea original, sino que replicó una obra en bronce realizada por el italiano Pompeo Leoni en el siglo XVI, que se encuentra depositada en el museo del Prado de Madrid. Formaba parte de un grupo escultórico sobre la familia imperial encargado por María de Hungría, tía de Felipe II.
ESCALERA. MONEDAS
REAL DE A OCHO
La primera moneda fabricada a Ingenio en esta Ceca, con tanta cantidad de plata y de tan buena calidad, que fue la divisa internacional del comercio durante casi dos siglos.
CINCUENTÍN Y CENTÉN
De las monedas más grandes fabricadas en la historia de la numismática. Se acuñaban como obsequio a reyes y ministros y se fabricaban en el Ingenio Chico, el edificio destinado a la acuñación de monedas de oro y plata. Su diámetro, 7,6 cm.
MONEDA MARÍA O VAJILLA
Dada la ruina económica del país en aquel momento, el rey Carlos II exigió a sus nobles y ministros que donasen vajilla de plata de sus casas para acuñar moneda con ella. También decidió encomendarse a la Virgen en las monedas, por lo que se aprecia la cruz de Cristo y el anagrama de la Virgen María.
8 MARAVEDÍS DE CARLOS III
La primera moneda fabricada a volante en esta Ceca, en la que se aprecia claramente el rostro del rey Carlos III, con todo lujo de detalles.
MEDALLA CONMEMORATIVA SOBERANÍA NACIONAL
La última moneda-medalla que se acuñó con prensa automática por mandato del Gobierno Provisional. Aparece en una de sus caras el lema «Soberanía Nacional» y la marca de ceca del Acueducto.
SALA DE LA HERRERÍA O JORGE SOLER
En esta parte de la fábrica se encontraban la herrería así como la sala de laminación y acuñación.
LA HERRERÍA
La Real Casa de Moneda fue una fábrica autosuficiente. En ella se llevaban todos los procesos necesarios para llevar a cabo el proceso fabril. La función de la herrería era la de llevar a cabo tareas de fabricación así como de reparación del instrumental necesario para la fabricación de moneda.
En la herrería se fabricaban por ejemplo los rodillos o troqueles con los que se acuñaba la moneda. Fabricándolos en la propia Casa de Moneda se evitaba el riesgo de que se falsificasen al fabricarse en el exterior.
Lo que vemos en la actualidad es una reproducción de una herrería típica compuesta de fragua, martinete o torno.
LA FRAGUA
se utilizaba para la reparación de piezas de la maquinaria. El fuelle funcionaba gracias a una pequeña rueda hidráulica. Aquí en la fragua se realizaban trabajos como calentar, fraguar y soldar cuños y otras piezas involucradas en el proceso de acuñación.
EL MARTINETE O MARTILLO PILÓN
Funcionaba con la fuerza de otra rueda. La acción del agua logra que el martinete golpee suavemente, pero de forma constante. Se utilizaba para trabajar los cuadrados de acero en su parte central y lograr así redondear los cuños.
Los árboles o ejes de los martinetes siempre habían de estar mojados para poder lubricarlos, así que por este eje permitían que entrase agua, como puede apreciarse en la abertura del muro.
EL TORNO
Daba el toque final al rodillo o troquel. Con el torno el herrero conseguía darle la forma redonda.
La madera utilizada para la construcción de las réplicas de la maquinaria original procede de los bosques del Real Sitio de la Granja de San Ildefonso y fue cedida en 2010 al ayuntamiento de Segovia por Patrimonio Nacional.
SALA DE LAMINACIÓN Y ACUÑACIÓN
PRENSA A MARTILLO
El método tradicional de acuñación de moneda que consistía en dos cuños o troqueles con la imagen de la moneda grabada en negativo.
INGENIO
Cada ingenio constaba de cuatro ruedas de madera. Una exterior que movida por la caída del agua hacía que se moviese el engranaje del interior y tres en el interior. Las tres ruedas movían los dos cilindros que realizaban los trabajos de laminar o acuñar.
Los ingenios se podían poner en marcha o parar por medio de un tirador que abría o cerraba el paso del agua que caía sobre la rueda exterior.
PRENSA DE VOLANTE
En 1772 Carlos III decidió sustituir los ingenios de madera por prensas de volante. La prensa de volante no es una prensa automatizada, sino manual. El operario que la manejaba tenía que introducirse en un hueco abierto en el suelo y poner a mano el cospel mientras otros dos operarios accionaban la prensa para que el cuño golpease en vertical.
Carlos III ordenó una reforma del edifico a su arquitecto favorito, Carlos Sabatini para poder albergar las nuevas presas.
Las razones de la sustitución, de los ingenios de madera por las nuevas prensas de volante son varias.
Con la prensa de volante se podía conseguir una moneda mucho más perfecta ya que permitía conseguir grabados de mayor calidad sobre la moneda, con el busto del monarca. Otro de los motivos que explican este cambio tecnológico es la parada de producción durante la época de estío en la que la falta de agua del río Eresma provocaba que los ingenios estuviesen parados.
Por primera vez la moneda lleva aplicado un cordoncillo en el borde para impedir el cercenado o limado.
En esta parte de la sala podemos ver los huecos del suelo en los cuales se tenía que introducir el operario que metía los cospeles (discos de metal) en la prensa de volante.
PRENSA AUTOMÁTICA
La tercera y última tecnología que albergó la Real Casa de Moneda de Segovia fue la de acuñación mediante prensa automática. Este sistema apenas funcionó tres años, pues a principios de 1869 se llevaría a cabo la última acuñación en Segovia, una medalla conmemorativa de la República.
ZONA DE CANALES
La Casa de Moneda conserva parte de la estructura hidráulica de la fábrica.
Al otro lado de la compuerta se encuentra el azud o pequeña presa, cuya función era elevar el nivel del agua del río Eresma, así como desviar parte del cauce del mismo hacia el interior de la fábrica por medio de un canal.
La función de la compuerta era la de regular la cantidad de agua que entraba en el canal madre o canal principal de la Casa de Moneda
La fabrica de harina y papel tenía su propio azud. Este fue reformado por Juan de Herrera para las nuevas instalaciones de la Casa de Moneda.
La compuerta y la presa se utilizan para elevar el agua y dirigirla a los canales que abastecían las ruedas. El sistema de canales era de madera, sobre pilares voladizos. El agua caía sobre las palas de las ruedas y movía los ingenios. En el siglo XVI, las ruedas se situaban entre el canal y la pared del edificio.
El rey Carlos III ordenó una reforma integral del edificio a su arquitecto, Carlos Sabatini con motivo de la instalación de las prensas de volantes. Los canales de madera que en aquella época tenía la casa de Moneda estaban muy deteriorados ya que se pudrían constantemente y fueron sustituidos en el siglo XVIII por otro canal de granito ideado por Sabatini, que es el que actualmente se conserva.
Las cuatro ruedas que vemos en la actualidad son reproducciones de las ruedas hidráulicas de la época y tres de ellas son las que ponen en funcionamiento el fuelle, el martinete y el torno.
Por debajo del canal existe un socaz o rebosadero que recoge el agua sobrante y la devuelve al río. Este socaz se colmató de tierra cuando el edificio se convirtió en fábrica de harinas, y ha sido recuperado gracias a las obras de restauración del complejo.
Los canales de madera que hay en la actualidad son reconstrucciones de los canales que en su momento hubo en la Casa. La estructura está incompleta a la espera de completarla con la instalación de las ruedas que pondrán en funcionamiento las replicas de los laminadores.
En el exterior podemos ver hoy la turbina de la antigua fábrica de harinas, que se instaló en el canal. La turbina forma parte del recorrido museístico como muestra del pasado industrial del edificio.
EL INGENIO CHICO
En estas dependencias se llevó a cabo la acuñación de monedas de oro y plata, reservándose el ingenio grande a la acuñación de cobre. Aquí se acuñaron los famosos “cincuentines” y “centenes”, de unos 7,6 cm de diámetro, siendo unas de las de mayor tamaño en la historia de la numismática. Se fabricaban con ocasión de acontecimientos especiales y bajo mandato real.