El Acueducto de Segovia es una extraordinaria obra de ingeniería romana en la que la utilidad convive con la armonía y la belleza. Data del siglo II d.C. y cumplió con su función de llevar agua a la ciudad hasta 1973 a lo largo de sus más de 13.000 metros de longitud. A través de los siglos, apenas ha sufrido modificaciones. Cuenta con 167 arcos de granito extraídos de la Sierra del Guadarrama que están construidos por sillares unidos sin ningún tipo de argamasa mediante un ingenioso equilibrio de fuerzas.
El Acueducto de Segovia fue declarado monumento histórico por la Real Orden del 11 de octubre de 1884 y Patrimonio de la Humanidad junto con el casco histórico de la ciudad por la Unesco el 6 de diciembre de 1985. Recorrer su trazado es, hoy en día, un agradable y fascinante paseo.