Pasar al contenido principal
Imagen de cabecera

Esta senda une paisaje, naturaleza, geología e historia industrial de la ciudad de Segovia.

Esta ruta es un agradable paseo por las riberas segovianas que discurre a lo largo del río Eresma uniendo los barrios de San Lorenzo y San Marcos. Un recorrido que nos permite contemplar el valor paisajístico de este paraje y los vestigios de un patrimonio industrial formado por batanes, molinos y fábricas que, a lo largo de los siglos, han usado la fuerza del agua.

La parte más alta, la que va desde la entrada del río en el término municipal de Segovia hasta el puente de la carretera de Boceguillas (hoy la Vía Roma) era la zona de los batanes, ingenios vinculados a la importante industria textil de la ciudad. Solían ser edificios bastante rústicos con una maquinaria de madera con dos grandes mazos movidos por la fuerza del agua, que golpeaban, desengrasaban y daban consistencia a los paños. Segovia llegó a tener seis en funcionamiento en el S XVI, en plena pujanza de la industria pañera, quedando en uso sólo cuatro a finales del s XVIII.

Siguiendo el curso del río, ya en el barrio de San Lorenzo, estaría la zona más harinera, con la mayor parte de los molinos de pan que, con la Revolución Industrial, evolucionarían a fábricas de harina.

Finalmente, la zona de la Alameda del Parral destacará por la industria del papel que se reinventará en el s. XX con nuevos productos como la borra y el hielo, y la impresionante Casa de Moneda, maravilla tecnológica del S XVI.

El acondicionamiento de esta ruta y la recuperación de elementos de patrimonio industrial como la Real Cacera de Regantes de San Lorenzo y el molino de Cabila formaron parte del Proyecto de Recuperación del Patrimonio Histórico de Segovia para su mejor uso turístico, cofinanciado por el mecanismo financiero del Espacio Económico Europeo y el Ayuntamiento de la ciudad.

Al final del recorrido se encuentra la Real Casa de Moneda de Segovia. Este tramo, uno de los rincones más hermosos de Segovia y declarado Paisaje Pintoresco en el año 1947 motivó el refrán: “De los Huertos al Parral, paraíso terrenal”. Un pequeño paraíso donde aún se conservan antiguas huertas. Los árboles frondosos (casi todos castaños de Indias y plátanos, ya que los álamos que le dieron nombre sucumbieron a finales del siglo XX, por culpa de la grafiosis) permiten el paseo fresco en los meses de verano. Entorno cambiante a lo largo de los meses del año, es frecuentemente lugar de paseo de los segovianos y visitantes.

Desde su recuperación en el año 2012 la ruta está señalizada a lo largo de todo su recorrido con el fin de facilitar el acceso.